La Dirección Central de Recursos Humanos de la Policía Nacional inició hoy el primer entrenamiento táctico para el uso de la pistola Taser 10, el dispositivo de conducción eléctrica más avanzado del mercado, capaz de disparar hasta 10 sondas a una distancia máxima de 45 pies. Esta capacitación, que se desarrollará durante dos días, representa un avance significativo en la incorporación de herramientas menos letales para el trabajo policial.
El acto de apertura estuvo encabezado por el general Esteban Figuereo García, director central de Recursos Humanos, acompañado por el coronel Rafael Hernández Silverio, subdirector central de Recursos Humanos, y el coronel Roberto Antonio Chuan Morales, director de Área de Telecomunicaciones.
El general Figuereo García resaltó la importancia de esta capacitación para fortalecer la seguridad tanto de los agentes como de la ciudadanía durante las intervenciones policiales.
Capacitación especializada
La instrucción estuvo a cargo del coronel Calvani Torres Alemán, comandante del Departamento de Administración Multimedia de Cámaras Corporales No Letales, y de Winston Concepción, instructor certificado de AXON Training. Ambos explicaron el uso táctico de la Taser 10, así como los protocolos de cuándo, dónde y cómo emplear correctamente este dispositivo.
Torres Alemán destacó que esta nueva herramienta tecnológica refuerza la formación profesional de los miembros policiales y contribuye a la misión institucional de proteger y servir a la sociedad.
Características del nuevo equipo
La Taser 10 mantiene el tamaño y perfil de su predecesora, la Taser 7, pero incorpora mejoras sustanciales: puede disparar 10 sondas de manera secuencial y con dirección individualizada, frente a las dos cargas dobles de la versión anterior. Además, su alcance máximo es de 45 pies, lo que incrementa la distancia operativa y la seguridad del agente durante las intervenciones.
Importancia del uso adecuado
Las autoridades policiales subrayaron que el empleo correcto de las armas de conducción eléctrica es fundamental para garantizar la protección de los derechos ciudadanos y la seguridad de los agentes.
Cuando se utilizan bajo protocolos estrictos y dentro del marco legal, estos dispositivos constituyen una alternativa menos letal que reduce el riesgo de lesiones graves o fatales, minimizando así el uso de fuerza excesiva en las operaciones policiales.